martes, 3 de mayo de 2016

Rupturas parejiles...

Qué bonito es el amor... Qué mariposillas se sienten en el estómago... Qué felicidad... Qué bonita es la vida cuando se está enamorado...



Y UNA MIEEEERDA!

Esa es sólo la parte bonita de la historia, que como todos sabéis, dura bien poco. Lo justo pa que cuando te quieras dar cuenta, ya ni sientes mariposillas, ni estás feliz, ni siquiera enamorado. Pero eso sí, ya estás enganchado, acostumbrado, acomodado, o hecho a tener pareja, y entonces se hace muy cuesta arriba terminar la relación, porque te da más miedo quedarte solo y dar explicaciones a familia y amigos, que seguir la relación y aguantar el tirón.

Sí, AGUANTAR. Porque de eso se trata, de AGUANTAR. No os echéis las manos a la cabeza ninguno. Que aquí, el que más y el que menos, está aguantando algo que no soporta de su pareja.

Claaaaaro, siiii, que luego hay cosas que compensan, perfecto. Entonces se aguanta con razón y el balance es positivo. Pero aguantar, se aguanta. Y lo sabéis.

Todos, absolutamente todos los habitantes del Sistema Solar, hemos pasado una, dos, o treinta veces por una ruptura sentimental. Más o menos dura, más o menos traumática. Unas veces de dejados y otras de dejadores.
Pero TODOS sabemos lo que se siente en una ruptura. Y es horroroso. Es lo peor!


Y digo yo, como experta en rupturas parejiles que soy (bueno, era, ya no me meto en más líos ya-me-maten), que cuando uno se empareja, debería ser consciente de que en el pack no vienen sólo las mariposillas. Que también vienen decepciones, discusiones, engaños, malos ratos, y pa rematar, y como posible premio final si no se ha conseguido encajar, la separación. Todo esto puede pasar cuando te emparejas, viene con el pack.

Dos personas se gustan, se atraen, y empiezan a verse más a menudo, a salir, a quedar, a CONOCERSE.

En ese período de conocimiento mutuo, empiezas a descubrir cosas que te flipan, otras que detestas, y otras que te dan igual. Y los lados de la famosa balanza empiezan a llenarse de cosas, buenas y malas, cada una en su lado.


Van pasando los días, y aunque la corriente eléctrica aquella de los primeros momentos haya desaparecido, sigues poniendo cara de tonto cuando estás con esa persona que te hace sentir tan bien, tengas 15 años o 50. Porque dicen que el amor no tiene edad. Lo que sí tiene, es mu mala leche.

O si al desaparecer la electricidad, el balance es negativo, la pareja termina antes de que haya daños colaterales (por la poca interacción entre amigos de ambos y familias), y aquí no ha pasado nada. Cada uno por su lado y en un mes ni te acuerdas de su nombre.

Pero ¿qué ocurre cuando pasan los días, los meses, los años, y la pareja aún habiendo perdido la electricidad (en más o menos medida) y habiéndose dado cuenta de que la balanza pesa casi más del lado malo que del bueno, sigue intentando acoplarse por todos los medios, y haciendo el esfuerzo de entenderse? 

Porque claro, ya te conoces, ya hay cariño, hay costumbres, hay una medio construcción conjunta de algo, ¡o hijos!... Y es humano intentar que las cosas vuelvan a lo que eran en un principio, cuando esa corriente alterna entre los dos era continua.


Pero ya no es posible volver atrás, no. Ya no somos los mismos que al principio, ahora somos nosotros de verdad, sin adornos para gustar al otro. Y ya pesa demasiado el lado malo de la balanza, y por mucho que quieras mirar más veces al lado bueno, dentro de ti sabes que después de conoceros bien, no ha funcionado, y te mueres de pena, pero lo sabes.

Te empeñas en recordar los buenos momentos, escuchar las canciones que te hacen llorar, te sientes la persona más desgraciada del mundo, la más sola, la peor!!

Y tiendes a flagelarte, a echarte la culpa de la ruptura, porque podías haber hecho las cosas de otra manera y esto no hubiese pasado. Pero no, has hecho las cosas como las has hecho, y por algo las habrás hecho así, quizá porque tienes tu manera de ser, como cada uno tenemos la nuestra, y si las hubieses hecho de otra forma, simplemente serías otra persona, y no TÚ.


Y la otra persona, el enemigo, quien tan feliz te ha hecho y después tanto daño, también tiene su manera de ser, la suya, y si habéis llegado al punto de separaros, es porque no estabais hechos para estar juntos. Si te ha dejado, te has librado de aguantar a un gilipollas, y si lo dejas tú, es porque era gilipollas. Ni más, ni menos. Así de simple. Nunca ha muerto nadie de amor ni de desamor.

No se puede "forzar" a nadie a quedarse a tu lado. Si se va, es porque no quiere quedarse, y forzándolo sólo vas a conseguir ser más desgraciado que si se fuese. Y ya sois dos desgraciados.
Ni estar con alguien por pena o por estar acompañado. Tampoco es sano aguantar a alguien que no te hace feliz... 
Aunque cada uno se fastidia la vida como le da la gana, cuidao!

Todos los días se forman nuevas parejas y se rompen otras muchas. Es ley de vida, igual que nacer y morir. Y lo mismo que eres tan feliz cuando empiezas con alguien, tienes que pagar el precio de ser tan desgraciado cuando se termina. Pero no somos conscientes de ello, tiene gracia...

Y cuando una pareja empieza a tener más pesado el lado malo de la balanza, aunque en el lado bueno por supuesto también haya cosas, puede pasar que en el momento menos esperado, ¡explote!. Sí, explota, y es entonces cuando las maripositas se convierten en cuervos, y todo lo que antes era amor, ahora es desamor. Todo lo que antes era bonito, ahora es triste. Lo que antes era esfuerzo, ahora es vacío. Y todo lo que se empezó a construir, se deja parado como cualquier obra a la que se ha acabado la financiación.


Pero tranquilos!, que pasado un tiempo se te quitan las ganas de morirte y te das cuenta de lo liberado y tranquilo que estás, y piensas que has estado tonto por no hacerlo mucho antes.

La historia de SIEMPRE.
Y NO-PASA-NADA. 

Si pasara, ya se hubiera extinguido la raza humana hace milenios. Pero no, la vida es así. Te enamoras, eres feliz toda la vida con la misma persona, o te desenamoras y al cabo del tiempo te vuelves a enamorar, o no. Es un juego para que estemos entretenidos, y así lo tendríamos que ver y vivir. Y no como un holocausto mundial, porque no-lo-es. Estar con alguien debe ser para estar mejor que solo, pero nunca peor. Y solo, se está divinamente, aviso. Porque más vale estar solo que mal enamorado.

Esas discusiones interminables, que sientes que te va a explotar la cabeza, y después de 4 horas no habéis sacado nada en claro, son un síntoma claro de que la cosa no funciona. ¿Por qué empeñarse en seguir? Puff... Calla calla...
Esto consiste en estar bien!!!! solo o acompañado, pero BIEN.


La historia del amor universal está llena de rupturas, no somos los primeros ni los últimos en sentirnos así de mal cuando esto nos pasa. Así que si estás pasando por este trance, sube la cabeza, respira hondo, empieza a dedicarte a ti mismo el tiempo que le dedicabas a la otra persona, vuelve a pensar por y para ti, y piensa que si lo de tener pareja fuese imprescindible para vivir, naceríamos con una. Igual que la nariz o el culo, que sí que son imprescindibles ;)

Y si te topas con un imbécil de esos que mienten más que hablan, procura detectarlo a tiempo, para no perder tu ídem con alguien que no lo merece.

Hay que cambiar el orden de las prioridades. El tener pareja no es una prioridad. Es una elección, un adorno más en nuestra vida, y si cada vez que rompes con una pareja te crees que te mueres, mejor sitúas el amor en la prioridad decimonovena, detrás de la tranquilidad, la paz, tu hijo, tus amigos, tu familia, tu trabajo, tus paseos al sol, tus plantas, tus hobbies, y todo aquello que te hace sentir bien y no te trae esos malos ratos tan horrorosos.

Préstate más atención a ti mismo, que eres lo más importante en tu vida. Y si hay alguien para ti, ya aparecerá, o no. Pero no veas una ruptura como el fin del mundo, porque simplemente, es el principio de otra etapa mejor. Y deja que las cosas fluyan!

No hay pareja perfecta. Si te embarcas en una relación, prepárate para todo lo que ello conlleva. Si sale bien, enhorabuena. Y si sale mal, eso que te ahorras ;)
Tú eres la única persona en el mundo que nunca te va a decepcionar.

Me gustaría a mi ver la bronca que le tuvo que echar Adán a Eva, cuando llegó del bar y se la encontró hartándose de manzanas...

Menudo invento este de la pareja...

P.D.: También sirve si eres hombre y tu pareja es mujer. 
O si eres cualquier cosa y tu pareja es cualquier cosa.

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5 comentarios:

  1. Pues tienes toda la razón.
    Me gusta mucho tu blog.
    Dices las cosas como son.
    >:<

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  2. Genial!!!! Estoy pasando por una ruptura y la verdad es que tienes razón. ¡¡¡Gracias!!!!
    Un beso desde A Coruña!

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  3. Gracias a ti por seguirme!!! Y que te sea leve ;)

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