domingo, 9 de agosto de 2015

Esas INSUFRIBLES fiestas de pueblo...


Sí amigos sí... Ya empezamos con las fiestas en los pueblos de España... Un año más... No quepo en mi de gozo, oh, oh, oh... Cuánta dicha me embarga!!

Son las 4 de la tarde de un domingo de Agosto, a 43 grados en el exterior... Esa hora en la que, después de comer paella, como todos los domingos, los ojos se te cierran sin casi querer, y entras en un estado muermazo máximo, digno del abuelo más abuelo, por mucho que tengas 45 años o 23.

Me las prometía mu felices yo, acostando a los niños a la siesta, dispuesta a tumbarme en el sofá a pegar una cabezadita, o 25, según se me diese la tarde, o la peli de "Cine de Barrio" me permitiera.

PERO NO!! NO, SEÑORES, NO!! De repente, un sobresalto al nivel de una traca de cohetes me hace saltar del sofáseles!!...
¡¡UNA ORQUESTAAAA!! ¡¡A dos calles de la mía!!!
¡¡BERREANDO A TO VOLUMEN LOS ÚLTIMOS ÉXITOS DE CHENOA, LOS BRINCOS Y CAMELA!! ¡¡Diiiioooooosss!!
¿¿Pero por quééééé?? ¡¡Que son las 4 de la tardeeeeeee!!

¿No podrían poner el volumen para que lo escucharan los allí presentes, y no el resto del pueblo que quiere estar tranquilo?... La verdad es que el tema de los decibelios, o como se mida el volumen de los conciertos en general, es algo curioso que jamás entenderé.
¡Qué manía!


La señora de la derecha tiene una cara de disfrute inigualable, ¿eh?

Tampoco logro entender qué extraña atracción siente la gente de pueblo por una fiesta, aunque sea a costa de asfixiarse de calor a medio día. ¡¡Qué les gusta una fiesta!!, pero eso sí, de las suyas. No les vayas a poner un concierto de rock, de flamenco fusión, o una carpa con DJ's, nooo, eso no, ¡eso no es música de bailar!, tiene que ser música de la de toa la vida, del Dúo dinámico, Los Tres Sudamericanos, o Rocío Jurado, y de vez en cuando un éxito de alguno de los veranos, ¡a cuál más insoportable! Eso sí que es una fiesta!! Qué marchón compae!!

Bueno que me voy del tema. Cuando llega el mes de Agosto, parece que los habitantes del pueblo empezaran a salir de sus escondites invernales, porque se triplica la población, y empiezas a ver cualquier recoveco de cualquier plaza, lleno de farolillos o bandericas, y escenarios más o menos profesionales, donde a cualquier hora del día, pueden subirse orquestas de quince componentes, vestidos de lentejuelas, a cantarte lo mismo por Bisbal que por Danza Invisible, pasando por supuesto, por Melendi, Gemeliers, Pitingo y El Barrio, que no podían faltar en una fiesta de categoría!. Y de remate, ¡¡EL PUTO DESPASITO!!
¡¡NO VAYA A FALTAR EL PUTO DES-PA-SI-TO!!

¿Y los nombres de las orquestas? ¿Dónde me los dejas?, ¿A quién se les ocurrirán?... Esos nombres tan, tan, tan... bonitos a la par que originales. A saber: Orquesta Acuario, Orquesta Tropical, Orquesta Arco Iris, Orquesta Anaconda... Que parecen todos en sus carteles, sacados de una película de ciencia ficción de los años 60... Diseño de vanguardia se llama eso. Debe ser el mismo diseñador que hace las carátulas de los cassetes de gasolinera, ¡fijo!

¿Y por qué siempre son tantísimos componentes?
¿A cuánto salen a la hora de cobrar?


Bueno, a lo que iba. Que a la gente de los pueblos se les va la olla con las fiestas, como si el resto del año se limitaran a cocinar, limpiar, respirar e hibernar, esperando exclusivamente el día en que empiecen las FIESTAS para ponerse las mejores galas, salir y bailar, sonreír, y beber, y comer, y lucir modelito ante las vecinas!

Y criticarse mutuamente todos. Que si "Esa ha engordao", que si "La otra este año no ha ido a la playa, será que no tienen dinero", que si "Mi vecina se ha hecho la liposucción y está peor que antes", que "Fíjate la hija de Pepi, estará embarazá?, o se ha puesto tetas?", y "El hijo de Manolo, que lo han echao de la empresa porque fuma porros", "¿Y Juani? no ha venido, esa es capaz de estar en su casa encerrá pa que nos creamos que está de viaje, porque que yo sepa, no tienen cuartos".

Vamos, lo que viene siendo un pueblo.


Todo esto es muuuy respetable, a ver, que cada uno tiene sus gustos, incluso yo, aunque parezca que no me gusta nada, algunas cosas de este planeta sí que me gustan (muy pocas y todas con chocolate).

Pero de verdad, no precisamente eso de ir a una plaza a las 4 de la tarde donde están vestidas de domingo todas las marujas (que por dos meses habías perdido de vista y tienes que ver el resto del año en el cole) con sus maridos (con cara de no querer estar donde están, ni con quien están), a los que nunca antes habías visto (y no hubiera pasado nada si siguieras sin verlos), todos los de las tiendas, bares y negocios del pueblo, los políticos del ayuntamiento, concejales y funcionarios, los maestros, el dueño del tanatorio (el negocio más concurrido en cualquier pueblo), los de las escuelas deportivas, el cura, los carteros, basureros, abuelos, niños, parejas, matrimonios, ex-matrimonios, etc, etc, todos en 80m2, haciendo como si la felicidad se hubiera apoderado de sus almas, y el demonio de sus cuerpos, bailando y sonriendo, ¡¡PORQUE ESTAMOS EN FIESTAS!!

Pos mira qué bien, no sabe usted lo que me alegro, ¡¡PERO A MI NO ME GUSTAAANNN!! y también las pago, y tengo que aguantar 10 días las calles cortadas y ese churro de música casi a todas horas hasta altas horas de la mañana, que hay días que según venga el viento parece que tengo a la Pantoja debajo de la cama, y a Andy y Lucas en el salón, de lo nítido y claro que se escucha, y la verdad, agradable, no es.

Al final te ves en pleno agosto, teniendo que echar las persianas y cerrar las ventanas para, aunque asfixiado, poder dormir. Divino.

¡¡Irsus a lo alto de un monte con tol tinglao, hombre!! ¡O al desierto de Argelia, donde no molestéis a nadie! ¡Hombre yaaaaaa!


Y encima, cuando alguna vecina te hace sonriente la esperada pregunta de: "¿Y tu no vas a las fiestas?", se te pone cara de asesina en serie, se te salen los ojos de las órbitas y le dices intentando ser educada: "No, es que a mí no me gustan", te dice con cara de asco: "¡Bah!, pero mira que eres rara, con lo bien que se pasa, ¿a que sí Pepe?", y el marido asiente con la cabeza, con una cara de felicidad que eclipsa al sol, vamos...

Esta misma situación es extrapolable a Semana Santa con las procesiones, a la Feria con las casetas, o al Acuaola. Se supone que me debe de gustar todo eso, como a los demás, ¡POS NO!, y si tengo que ser rara por eso, encantada de serlo, la verdad. Mi hijo ya irá al Acuaola, a las procesiones, o a la feria cuando tenga su sueldo o cuando la novia se empeñe, pero lo que es por mí, desde luego que no va a vivir esa tortura.

Cuando yo era chica, eran otros tiempos, mis padres sí que nos llevaban a la playa y a la feria (a las procesiones no, menos mal), no había tantas maneras de "divertirse" como ahora, y estas cosas si las pillábamos con gusto, aunque no creo que mi hijo vaya a tener ningún trauma existencial por no haberlo llevado a esos lugares tan tradicionales para unos, y tan insufribles para otros, los raros. Mirad como me salido yo, y eso que me llevaban a todo.

¿Qué les parecería a los que tanto disfrutan de las fiestas populares del pueblo que en otoño por ejemplo, hubiera 10 días de fiestas para los que no nos gustan estas, con escenarios llenos de grupos de Rock o Heavy Metal?, ¿eh? Porque el mismo derecho tenemos, ¿no? Porque pagamos todos los mismos impuestos, y que estuvieran hasta las 5 de la mañana dando por culo ¿Eh? ¿Pensarían lo mismo y asistirían encantados como lo hacen ahora?


Ah noooo, es que las FIESTAS son una TRADICIÓN, y sólo por eso, te tienen que gustar, y tienes que vestirte de domingo, y comer longaniza a precio de chuletón, y bailar Paquito el chocolatero por cojones, y tienes que llevar a los niños a los columpios... AAANDA YAAAAA!!

Recuerdo un año que me quería ir a Londres, y para saber la fecha exacta de las fiestas y ahorrármelas, llamé al ayuntamiento. Una orgullosa funcionaria me enumeró las 200 actividades, verbenas y pasacalles que había programadas, día por día y hora por hora. La dejé terminar para decirle cuando acabó: "Muchas gracias, sólo quería saber los días, para largarme".

Ese año sí que fui feliz lejos de tanta tradición. Pero claro, pa colmo, las fiestas son sobre el 15 de Agosto, los 10 días más caros del año y más abarrotaos pa irte a cualquier sitio.
A mala leche las han puesto.

¿¿Y los coheticos?? A las 8 de la mañana puntualmente, durante 10 días, algún orgulloso empleado del ayuntamiento tiene la enorme responsabilidad de meterle fuego al petardo, y te tienes que despertar con un sustazo sonoro que te da un ictus instantáneo, pa flipar de lo agradable que es, y de la gracia que tiene eso. Y a los perros creo que les encanta, incluso más que a los humanos.

No entiendo el motivo, si se han acostado a las 6 de la mañana disfrutando de las putas fiestas, ¿¿qué bulla tienen pa despertarse a las 8?? ¿¿ Pa seguir el marchón?? ¿¿Y volver a verse las caras los mismos que no se pueden ver, pero se ven to los días??, vamos hombre, no me jodas... que hay que ser mu cateto o mu masoca pa que te guste eso.

Bueno, bueno, pero es que luego tiran un petardito cada 5 minutos, las 24 horas, durante 10 días. ¡¡Mola que te cagas!! Como pa acabar con alucinaciones nerviosas y ataques epilépticos crónicos después de las putas fiestas. Pero como son una tradición, pos palante, que pa eso estamos en Andalucía, y no nos paramos a pensar en las cosas. Que al santo patrón de turno hay que sacarlo porque ¡SON LAS FIESTAS!, aunque el resto del año no te acuerdes de que existe.

Y no voy a entrar en el tema de los que sueltan vaquillas, que eso da para otro post.

Y to esto, sin echar cuentas de lo que cuesta el festín, que luego el resto del año se quejan de que no hay presupuesto para arreglar los parques, o pintar los pasos de cebra, o poner policías a la puerta del cole pa que los choris de los Seats tuneados no pillen a alguno.

Pero pa petardos, verbenas Melendiles y chorradas varias, sí que hay. ¡Hombre! ¿Cómo vamos a dejar a los vecinos y vecinas sin fiestas? (cómo me jode esta moda de distinguir los géneros, cuando desde antes de Cristo, con decir "vecinos" nos enterábamos todos de que ahí también entramos las vecinas).

Me pregunto qué será de las tradicionales fiestas pueblerinas cuando la generación de padres y abuelas ya no esté entre nosotros... Mucho me temo que será peor, porque ya no se oirá el Dúo Dinámico ni Rocío Jurado, sino esos kinkis que cantan con dos voces como haciendo eco, y reggaeton sin parar... No hay esperanza para el ser humano.

Me llaman rara porque no me gustan las tradiciones.

Y para mí, los raros son ellos, que son todos iguales y hacen lo mismo, a la vez y poniéndose verdes.

Y por delante, 10 diítas de fiestón continuo non stop... ¡¡Y este año no me puedo ir lejos!!
Ahí siguen, cantando "Sarandonga", y yo sin siesta...

Perdón, y después "Vivir contigo, soñar contigo", etc, etc...
¡¡DIIOOOSSS!!
Y TODOS LOS SANTOS AÑOS ¡EXACTAMENTE LO MISMO!
Y la rara soy yo...



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5 comentarios:

  1. jaaaaaaaaaa jaaaaaaaa jaaaaaaaaaa ¡muy bueno!

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  2. No imaginas lo identificada que me siento. Vivo en la calle principal.por delante de mi balcón pasa Todo. Si o si
    Cerrado todo y las noches lo mismo y el reloj puntual a las 0 y cada 15 minutos.
    Agradezco porque me he reído un montón con tu relato
    Gracias..
    Aquí comienza el día 10 al 15

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